Analizaron el cerebro de los hinchas mientras ven fútbol: este fue el resultado

Un estudio, publicado por la Sociedad Radiológica de América, ha hecho resonancias magnéticas a seguidores de dos equipos rivales para demostrar cómo se activan y desactivan zonas del cerebro que nos hacen sentir euforia o que desregulan nuestro comportamiento

El autor principal de la investigación, Francisco Zamorano, neurocientífico en la universidad de Chile, explica que al estudiar los patrones cerebrales de los hinchas han encontrado que determinadas regiones del circuito emocional “se encienden” -se activan- o “se apagan” -se inhiben- en función de si su equipo le marca a su archienemigo histórico o viceversa. Eso le genera al hincha comportamientos positivos —euforia, unión, pertenencia— o negativos —frustración, impulsividad, e incluso pérdida de control—.

¿Cómo lo han hecho?

Para comprender estos mecanismos, el equipo les hizo resonancia magnética funcional (fMRI) en 60 aficionados de entre 20 y 45 años, pertenecientes a dos clubes históricamente enfrentados en Chile, el Colo Colo y el Universidad. Los voluntarios -que fueron clasificados en función de su grado de fanatismo o de posible violencia- estaban viendo 63 vídeos de goles. Algunos de su equipo, otros del rival contra su equipo y, el resto, de equipos neutros sobre los que no sentían ninguna pasión.

Los resultados

  • Cuando el equipo propio marcaba frente al rival, se intensificaban los circuitos cerebrales de recompensa, reforzando la identidad de grupo, y causándole al sujeto una sensación positiva a través de un chute de dopamina en la zona adecuada.
  • Cuando veían que el rival anotaba contra el equipo propio, la resonancia mostraba cómo la corteza cingulada anterior dorsal de sus cerebros, que es una zona clave para el control cognitivo, mostraba lo que se llama “una supresión paradójica”, es decir, un “intento de regular la emoción que termina generando el efecto contrario”. Esa caída momentánea del autocontrol era más marcada cuanto mayor era la sensación de pertenencia del sujeto hacia el equipo.

“El control del cerebro de nuestras emociones e impulsos se reconfigura en cuestión de segundos”, explica Zamorano. “En las derrotas, en los goles, el sistema encargado del control cognitivo literalmente se apaga justo cuando más lo necesitamos”, ha indicado el autor.

Implicaciones fuera del deporte

Esta dinámica, advierte, no se limita al deporte. Los mismos circuitos —recompensa hacia arriba, control hacia abajo— operan en conflictos políticos, y sociales. El estudio apunta incluso al asalto al Capitolio de EEUU en 2021 como “ejemplo extremo de cómo el fanatismo puede anular la autorregulación”.

Los autores sostienen que estos hallazgos pueden ayudar a diseñar mejores estrategias de gestión de multitudes, comunicación y prevención de violencia en eventos de alto riesgo. Sin embargo, su conclusión va más allá del estadio: los circuitos que modulan la valoración y el control “se forjan en los primeros años de vida”, dice Zamorano. “Es el momento cuando hay que actuar”, asegura.

Estudiar el cerebro del hincha, concluye, no es una curiosidad científica: es una herramienta para comprender cómo se construyen —y cómo pueden desactivarse— las pasiones que a veces escalan hasta la polarización y la violencia.

Cortesía Javier Ruiz Martínez- Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER.

Post Author: Tatiana Orozco

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