Por Juan Rincón Vanegas @juanrinconv
Al médico Luis Aurelio Vives Echeverría la canción vallenata que más le gustaba era ‘Sin ti’, de Náfer Durán Díaz. Por eso su hijo Carlos al despedirlo el pasado cinco de abril le cantó: “Con mi nota triste vengo a decirle a tu alma, lo que está sintiendo mi sincero corazón”.
En aquel momento estaba al lado del cofre de cremación recordando tantos y tantos episodios de su querido padre, la estrella quien lo guió a él y a sus hermanos por el esplendor de los senderos de la vida.
Es así como el artista samario evocó aquella mañana del viernes 26 de octubre de 2018 en el Parque de la Provincia, cuando juntó al Rey Vallenato Náfer Durán cantó esa célebre canción que lo llenó de melancolía y hasta lloró.
Ese día al despedirse, y en la cabina del vehículo que lo transportaba escribió en su cuenta de Instagram: “La canción ‘Sin ti’ de Náfer Durán es la canción que siempre me ha unido a mi papá, marcó la separación de él siendo muy pelao. Hoy, mi papá se apaga poco a poco y esta mañana en Valledupar apareció Náfer para cantarla. Te amo papi. Lloro por ti”.
Este mensaje lleno de sentimiento que emergió de lo más profundo de su corazón denotó el infinito amor que tiene por su padre, quien por su nobleza, calidad humana y principios lo arropó hasta el final de sus días, pero lo seguirá iluminando desde la casa celestial.
Hoy cobra mayor fuerza ese canto porque en su tonada triste tiene la más grande nota de silencio para Carlos Vives, quien recordó que desde niño partió de su hogar con destino a Bogotá, pero la legendaria figura de su progenitor siempre lo rodeó de amor siendo testigo de sus triunfos a los que siempre le dedicó.
Testimonio de Naferito
Desde su tierra El Paso, Cesar, el Rey Vallenato del año 1976, Náfer Durán Díaz, presentó las condolencias a la familia Vives por la partida de su amigo Luis Aurelio. “Era un hombre bueno, noble, cumplidor de su deber, bien parecido y buen parrandero”, comenzó diciendo.
Enseguida añadió: “Para mí era de inmensa alegría ir a tocar a su casa en Santa Marta porque primero me valoraba como persona y como músico, segundo le gustaba mi canción ‘Sin ti’ que me hacía repetir varias veces en aquellas parrandas interminables y tercero que me pagaba bien”.
No se quedó con la lengua quieta y aseveró: “Diga que Luis Aurelio nunca me quedó mal. Era un hombre correcto, y no como otros que solamente daban ron y comida. A esos me tocaba cerrarles el acordeón para que se hicieran ver porque no me podía aparecer en la casa con los bolsillos vacíos, la ropa sucia y el trasnocho encima”.
La sinceridad del legendario juglar recordó esos viejos episodios en las famosas corredurías, donde los días pasaban sin darse cuenta y los tradicionales cantos vallenatos adornaban las parrandas que nunca fijaban horario para acabarse.
En esa etapa de las añoranzas contó que en una de esas parrandas Luis Aurelio le preguntó por la historia de la canción que tanto le gustaba.
“Se la narré con pelos y señales. La canción se la hice a mi señora Rosibel Escorcia, estando en una larga gira. Se la compuse exactamente en Mompóx, Bolívar, y cuando regresé le lleve a su casa una serenata. Recuerdo, como si fuera ayer que ella abrió la puerta y me sonrió. Luego me contó que estaba embarazada y me puse feliz. Esa es la mamá de todas mis canciones”, comentó con la alegría que retornaba a sus palabras.
De esa manera nació ‘Sin ti’ en tono menor cuando su corazón estaba en una nota más alta, y no le cabía en el inmenso marco de su alma. Esas son las máximas alegrías de un juglar confesándole a su mujer que la amaba así la distancia fuera la barrera para no verla de frente y a los ojos.
Naferito recordó haber acompañado a cantar a Carlos Vives esa canción donde supo que lloró. Después de contar la historia de su canción y otros detalles, señaló. “Carlos a quien acompaño en su luto, ha sido elegante conmigo, igual que su papá, y además me grabó en el año 2009 la canción ‘Sin ti’. De igual manera, sigue llevando la música vallenata lo más lejos posible, cosa que se le agradece”.
La carta de Carlos
En el marco del adiós para siempre Carlos Vives dijo unas emotivas palabras, haciendo una descripción precisa de su fallecido padre a quien amaba y conocía como la palma de su mano.
Al escrito no le faltó nada porque sintetizó la vida del hombre que desde la medicina entregó la fórmula precisa para desterrar el olvido de una sola aplicación teniendo en sus manos las llaves de su corazón.
“Cuando nació era tan bonito que se lo pedían prestado a mi abuela Elena para los pesebres vivos. Tan es así que hasta el último día sus amigos más cercanos lo seguían llamando el ‘Nene Chu’. Y hoy lunes de Pascua se me fue mi papá. Y me vuelvo a sentir desamparado como la primera vez. Lo veo salir de su casa para no volver y se me parte el alma y caigo en cuenta de que todo lo que he sido ha sido por él: actor, cantante de vallenatos, deportista, hincha del Unión, filántropo… Tal vez para que él sintiera que nunca nos habíamos separado. Yo sé que él vivirá eternamente en nosotros sus hijos, en nuestra familia, en nuestros amigos, en nuestra ciudad. Y que siempre lo vamos a recordar con esa sonrisa de niño que lo acompañó toda su vida”, expresó Carlos Vives.
El artista que ha regalado tantas alegrías cantadas alrededor del mundo demostró que un padre es el camino ideal para darle oficio al corazón y conectar el alma con la plataforma de los más bellos sentimientos.
Carlos Vives volvió a cantar esa nota triste que lo remitió de inmediato al canto de Naferito: “Ya yo no siento alegría en mi corazón, sólo vivo triste pensando en ti”. Entonces desde el fondo de su alma y en el intermedio de una de las canciones que se lo recordaban, dijo: “Luis Aurelio, gracias papá”…Ya su viejo en el año 1991 le había agradecido por ser protagonista de la telenovela ‘Escalona’ donde representó la vida del maestro Rafael Calixto Escalona Martínez, y dos años después al grabar clásicos vallenatos.