Una mujer fue condenada a más de 12 años de prisión por falsificar documentos y suplantar la identidad de una abogada para escalar en el sistema judicial colombiano.
Claudia Elena Lozano Doria, una mujer que durante más de una década logró desempeñarse en altos cargos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia, fue condenada a 12 años y nueve meses de prisión por utilizar documentos falsificados para acceder a puestos que requerían una formación que nunca tuvo. Lozano Doria, quien llegó a ser directora seccional de la Fiscalía en La Guajira, utilizó credenciales ficticias para colarse en la institución y ejercer como fiscal en varias seccionales de la costa Caribe.
Entre 2000 y 2013, Lozano Doria llevó a cabo diversas actividades judiciales, como solicitar órdenes de captura y cerrar expedientes, sin haber completado estudios de derecho ni contar con una tarjeta profesional de abogada. Su engaño fue descubierto cuando intentó ingresar a la Judicatura de Valledupar con los mismos documentos falsificados que había utilizado para entrar en la Fiscalía. Los sistemas de verificación revelaron que no estaba registrada como abogada, lo que desencadenó una investigación exhaustiva.
La clave de su ascenso fue la suplantación de la identidad de María Consuelo Mestre, una amiga y abogada real, de quien tomó la tarjeta profesional y copió gran parte de su hoja de vida. Con estas credenciales falsificadas, Lozano Doria escaló rápidamente posiciones en la Fiscalía, ganándose la confianza de sus superiores y colegas, a pesar de no estar debidamente calificada para sus funciones.
El caso ha puesto en evidencia las fallas en los procesos de verificación de la Fiscalía, que durante años no detectó el fraude. La institución se ha comprometido a revisar sus procedimientos para evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir. Las acciones judiciales que Lozano Doria llevó a cabo durante su tiempo en la Fiscalía ahora están bajo escrutinio, ya que se busca determinar cuántos casos podrían haber sido afectados por su falta de formación y certificación.
El testimonio de María Consuelo Mestre fue decisivo para la condena. Durante el juicio, Mestre confirmó que tanto la tarjeta profesional como la hoja de vida utilizadas por Lozano Doria eran de su autoría y que esta última solo había modificado su nombre y cédula para usarlas. Además, se reveló que varios de los casos en los que Lozano Doria había participado fueron anulados o revisados debido a su falta de legitimidad como funcionaria de la justicia.
Lozano Doria no solo enfrentará tiempo en prisión, sino también múltiples demandas civiles y denuncias penales por los actos ilegales que ejecutó bajo su falso título. Su caso es un recordatorio de los peligros del fraude y la importancia de la integridad en el sistema judicial.