En un evento matizado por muchas historias inéditas, chistes, anécdotas y apuntes jocosos se convirtió el conversatorio ‘Jorge Oñate en la historia del canto vallenato’, evento académico desarrollado en el auditorio Macondo, de la Fundación Universitaria del Área Andina, institución educativa que trabajó de la mano con la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata en la organización del coloquio.
Posterior al saludo de bienvenida de la directora de la Fundación Universitaria del Área Andina Gelca Gutiérrez y del abogado, investigador y miembro de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Tomás Darío Gutiérrez, la agrupación Los Niños del Vallenato de la Escuela ‘Rafael Escalona Martínez’, bajo la batuta del maestro Roberto Ahumada, regalaron las canciones ‘La vieja Sara’ (Rafael Escalona), ‘Ruiseñor de mi Valle’ (José Hernández Maestre) y la puya ‘Déjala vení’ (Náfer Durán).
Iniciada la fase académica del certamen, el moderador Jaime Pérez Parodi recordó que en el 2022 se cumplen 39 años de la realización del primer conversatorio en el marco de la fiesta de acordeones. Acto seguido, hizo la añoranza de los sueños de Jorge Antonio Oñate González por ser futbolista profesional, y su posterior reencuentro en una emisora a donde llegó a promocionar la canción ‘Campesina Vallenata’.
En un segundo momento, Tomás Darío Gutiérrez se adentró en el origen de la figura del cantante en las agrupaciones vallenatas, explicando que en el siglo XIX fueron varias las voces que surgieron en el municipio de La Paz, y fue el momento en que “se forjó uno de los elementos básicos en el folclor vallenato, el componente del canto”.
Ricardo Gutiérrez, coleccionista de música vallenata, resaltó la fecundidad musical de Jorge Oñate, quien se erigió como una figura que le dio continuidad a lo que ya habían realizado Guillermo Buitrago y el acordeonero Abel Antonio Villa. Gutiérrez culminó su intervención compartiendo en la voz de Jaime Pérez Parodi, un sentido escrito donde resaltó detalles de la historia discográfica de ‘El Jilguero de América’.
Acto seguido, Wilfredo Rosales habló sobre las más de 600 canciones que grabó Jorge Oñate durante su carrera musical, de quien resaltó la forma en que con su educada voz llevó al acetato 20 canciones del compositor Emiro Zuleta, ocho canciones al abogado Alonso Fernández Oñate y cinco temas a Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta, entre muchos otros. La intervención del estadígrafo Rosales culminó con un espontáneo coreo de algunas canciones por parte del público asistente al recinto.
Acudiendo a los resultados de su análisis particular sobre la vida de ‘El Ruiseñor del Cesar’, Abel Medina Sierra expresó que con la irrupción de Jorge Oñate en el escenario musical de la región se puso de moda la figura del cantante, y cómo se inició un proceso de voces recias a partir de la grabación del trabajo ‘Los Hermanos López, canta Jorge Oñate’.
Además de su vigencia inigualable, Medina Sierra destacó a Oñate por ser pionero en actuar en las fiestas del Carnaval de Barranquilla, la permanencia popular de muchas de sus canciones, y la forma magistral en que supo convertir en sonoros éxitos las inspiraciones de compositores como Idelfonso Ramírez Bula, Luis Egurrola, Poncho Cotes Jr. y Aurelio Núñez, entre otros.
El conversatorio culminó con la intervención de la investigadora folclórica Graciela Morillo, quien recordó la nostalgia transmitida por sus padres desde su época de niñez con respecto al efecto popular que causaba la música de Jorge Oñate en el estado de ánimo de las personas. Finalizó dando lectura a un escrito titulado ‘Jorge Oñate por siempre’, donde resaltó el testimonio musical dejado con su voz por el artista, el inmenso cariño, la aceptación que le profesaba la gente y su consolidación como alma de un sentimiento dentro de los patrimonios culturales de la Nación.El evento académico finalizó con unas cortas y divertidas anécdotas en las voces de Joaquín Guillén y Mario de J. Puerta, quienes en algún momento de sus vidas tuvieron un papel protagónico en la carrera musical de Jorge Antonio Oñate González.