El pasado jueves 25 de enero (hace tres semanas) se registró el atentado criminal afuera de la empresa DPA perpetrado por varios hombres que huyeron hacia el norte de Valledupar y que dejó muertos a dos de los tres ocupantes de una camioneta.
Las personas asesinadas fueron Luis Jáner Pinto y Lirkhay González, quienes no registraban antecedentes penales, pero que el ataque que recibieron fue ligado de inmediato por las autoridades como un posible ajuste de cuentas en el mundo de la criminalidad.
Los familiares de estas personas se han mantenido en silencio y solo se han ventilado especulaciones sobre las razones por las cuales fueron acribillados con disparos de fusil. “Es un ajuste de cuentas entre la misma gente, porque le quedaron mal a un campo”, o, por ejemplo, “una persona poderosa de la región se la desquitó con Pinto y González, porque tiene una guerra con el jefe de ellos”, son, en resumen, las frases que se dan por sentado.
Lo único que se ha dicho de manera oficial por las autoridades es la hipótesis que el narcotráfico podría tener algo que ver en este hecho que todavía permanece en el recuerdo de los habitantes del Cesar y La Guajira por la forma en cómo se registró.
El comandante de la Policía en el Cesar, coronel Eduardo Chamorro, manifestó a este medio de comunicación que esperan tener resultados de la indagación sobre este hecho, aprovechando todos los elementos que pueden servir como evidencias; por ejemplo, los vehículos hallados después del atentado y demás. Por otro lado, señaló que toca esperar que avance la investigación que coordina la Fiscalía y que no se puede decir nada más al respecto.
Sin embargo, este medio de comunicación conoció que hay ciertos detalles que llaman poderosamente la atención de los miembros de la inteligencia policial y por eso intentan manejar con reserva el grueso de la investigación.
Por otro lado, altas esferas de la Policía a nivel nacional siguen de cerca el caso. Es más, hay intercambio de información con Bogotá y apoyo por parte de expertos sobre la delincuencia organizada para armar el rompecabezas y, si se puede, lograr que la Fiscalía formalice una teoría del caso.
Mientras esto toma forma, muchas personas siguen a la expectativa de saber por qué ocurrió y quiénes son los autores intelectuales y materiales de la balacera con fusil perpetrada la noche de aquel jueves, cuando el semáforo a fuera de la DPA estaba en luz roja.
