Cuando iba a ingresar al centro comercial Guatapurí, en el norte de Valledupar, y usaba su celular, el comerciante Elkin Arturo Aragón Trillos fue sorprendido por integrantes de la Sijin, quienes le informaron que tenía una orden de captura en su contra por ser el presunto autor de un feminicidio agravado.
“¿Qué pasó? ¿Qué pasó conmigo? Vengo a ver a mi hijo”, fue lo poco que alcanzó a decir mientras los policías lo detenían y le decían que la orden de captura emanada por un Jugado Penal municipal con funciones de control de garantías de Bucaramanga se debía a los hechos ocurridos el 25 de diciembre de 2022 en esa ciudad.
La investigación adelantada por la Sijin y por la Fiscalía General de la Nación sostiene que su esposa Andrea Karina Gaviria Bonilla, de 31 años, fue asesinada a través de asfixia mecánica y él es el único sospechoso.
Aquel día, y de acuerdo con la investigación, la pareja tuvo una discusión y el hombre agredió físicamente a Andrea Karina Gaviria al punto de provocarle la muerte. No solo eso, presuntamente le ató una soga al cuello. Por eso la primera información que se conoció del caso y se ventiló a los medios de comunicación indicaba que se habría tratado de un suicidio.
Las pesquisas poco a poco fueron revelando detalles. Por ejemplo, una amiga de la víctima dio información al respecto y señaló que Andrea Gaviria le habría alcanzado a decir que fue golpeada por su pareja. Ante esto, la mujer decidió ir al apartamento donde vivía la pareja y al ver que nadie respondía entró a la fuerza y dentro del lugar estaba el cuerpo sin vida, según el medio de comunicación Vanguardia. Mientras tanto, Aragón decía que no sabía qué había pasado.
Aunque el cuello tenía atada una soga todo indica que esta fue puesta para tratar de burlar a las autoridades. Casi tres meses después del crimen el presunto feminicida quedó en manos de la justicia.