Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
A finales de febrero del año 2020, Jorge Oñate se preparaba para el homenaje que le harían en la 53 versión del Festival de la Leyenda Vallenata, participando en la grabación del video promocional del desfile de Willys Parranderos que de Valledupar iría hasta La Paz, Cesar, su tierra natal.
En el video estuvo acompañado por Gustavo Gutiérrez, ‘Pachín’ Escalona y el Rey Vallenato Aficionado 2019, José Juan Camilo Guerra Mendoza. Él, cantó e invitó al mundo vallenato a acompañarlo en ese desfile de carros Willys, que no pudo llevarse a cabo como estaba fijado para el 25 de abril por motivo de la pandemia.
Después de la grabación del video se le propuso a ‘El Jilguero de América’, aprovechando el escenario del Parque de La Provincia y sus alrededores, para que visitara las esculturas de los artistas que allí reposan. Gustoso aceptó la invitación, con el compromiso de dedicar unas palabras a cada uno.
Iván Villazón se impuso
La primera escultura que visitó fue la del cantante Iván Villazón. La tocó y expresó. “Iván, a pesar de que su papá Crispín Villazón de Armas, mi gran amigo, quería que fuera un profesional del derecho, se decidió por el canto. Al final su papá aceptó y él ha sabido sostenerse que es lo mejor en este arte del canto. El asunto no es llegar, sino permanecer. Desde siempre tenemos una amistad sincera”.
Buena propuesta musical de Kaleth
“Esta es una escultura con estilo”, fue lo primero que dijo ante la de Kaleth Morales. Y continuó. “Ese muchacho, hijo de Miguel Morales, hizo una propuesta musical que gustó mucho principalmente a la juventud. Llenó escenarios, pero le llegó la muerte de manera temprana. Sus hermanos, los K Morales, quisieron tomar ese legado, pero se quedaron. Esto de la música tiene sus secretos. Yo, admiré mucho a Kaleth por todo lo que hizo en tan corto tiempo”.
Carlos Vives, excelente
Al ver la escultura de Carlos Vives montado en la bicicleta, manifestó. “Ahí está con sus pantaloncitos cortos y así se impuso en el vallenato. ¿Se imagina a mi compadre Poncho Zuleta cantando así?
Las palabras de Oñate provocaron risas entre sus acompañantes. Enseguida anotó: “Ese muchacho desde que comenzó con la serie de televisión dedicada al maestro Escalona, demostró que era bueno. Es que venía de escuchar a los mejores acordeoneros y cantantes en su casa de Santa Marta, donde su papá Luis Aurelio Vives, los llevaba a parrandear por días. Carlos ha hecho mucho por el vallenato y todos le agradecemos. A él le sirvió su estilo, pasar de las baladas al vallenato puro”.
Así mismo hizo también referencia al homenaje que se le realizó a Carlos Vives en el Festival de la Leyenda Vallenata del año 2018.
Martín Elías, iba bien
“Ese muchacho tenía carisma y se le auguraba un gran futuro musical, pero la vida se le apagó pronto”, comenzó anotando Jorge Oñate ante la escultura del cantante Martín Elías.
Tuvo altos elogios para el artista de quien destacó su humildad, su manera franca de ser, su talento y sus ganas de triunfar. “No nos vamos lejos, el propio Diomedes lo bautizó como ‘El gran Martín Elías’. Para qué más”.
Diomedes Díaz, un grande
Al llegar a la escultura de Diomedes Díaz, se sentó en la famosa silla y dijo. “Diomedes fue grande. Él inició con los López, siguiendo con Náfer Durán, después con Elberto ‘Debe’ López, y desde ese momento comenzó a escalar hasta llegar a los lugares de honor de la música vallenata”.
Habló de igual manera sobre los acordeoneros que hacen parte de su catálogo musical que también estuvieron con Diomedes Díaz. Citó a Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, Juancho Rois, Gonzalo ‘El Cocha’ Molina y Álvaro López. “Con todos ellos pegó”.
Finalmente, dijo: “Nuestras diferencias fueron para engrandecer el folclor porque donde nos veíamos nos abrazábamos. Muchos nos quisieron ver pelear, pero no lo lograron”.
Los tres en una escultura
A su paso por la escultura donde están los tres grandes: Diomedes Díaz, Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta y él, se puso nostálgico. “Tanta historia de la música vallenata en un solo lugar. Cada uno con lo suyo. Santo Dios, gracias por tanto”.
Siguió su reflexión: “Mi compadre Poncho Zuleta me ha inventado cualquier cantidad de cuentos. Recuerdo que, según él, una vez lo llamé para decirle que había muerto un colega nuestro, un fiel seguidor mío. Según él, yo después de exaltar al fallecido le dije que se trataba de Michael Jackson y que la canción que más le gustaba al artista norteamericano era ‘No voy a Patillal’ de la autoría de Armando Zabaleta”. No dejó de reírse.
Así como estos, existe una cantidad de hechos jocosos que ya tienen nombre propio y que algunos llaman ‘Oñatadas’. También hay muchas historias y dichos de Jorge Oñate como “A mí ninguno me ningunea y hasta le puede pasar como al burro de Cándido, quedar recostado al cardón”.
De todas maneras, él dijo que ninguno de esas historias que han hecho carrera en la picardía costeña, son ciertas, pero el que más le llama la atención es aquella de los tres mejores cantantes de la música vallenata, que según contaron en el camino de La Paz hasta Valledupar son: ‘El Ruiseñor del Cesar’, ‘El Jilguero de América’ y Jorge Oñate.
Ese recorrido le agradó en esa tarde donde el sol se negaba a ocultarse, el río Guatapurí no dejaba de regalar sus aguas frías y él hablando de lo que más le gustaba, el vallenato y sus protagonistas.
El busto de Jorge Oñate
Después de ese paseo por el recuerdo se le indicó sobre el busto en su honor que está ubicado en el Parque Don Alberto de Valledupar. Confirmó y enseguida anotó. “Claro, esa vez gustoso asistí al acto de exposición del busto acompañado de ‘La Patrona’ (Nancy Zuleta). Todo estuvo bueno, pero lo cierto es que me quedaron debiendo gran parte del cuerpo”.
Los presentes soltaron una soberana carcajada, y volvieron a comprender que ese es el Jorge Oñate que todos conocen: sincero, noble, solidario, dedicado y con el más grande amor por la música vallenata.
Fotos de Juan Rincón Vanegas