El atentado que mantiene en estado crítico al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido en la localidad de Fontibón en Bogotá el pasado sábado 7 de junio, ha provocado una oleada de rechazo por parte de líderes políticos del departamento del Cesar, quienes manifestaron su solidaridad y preocupación por el creciente clima de violencia en el país.
Desde diferentes sectores del poder local y regional se han alzado voces que condenan enérgicamente el ataque. La gobernadora del Cesar, Elvia Milena Sanjuán, expresó en su cuenta de X: “Sea Dios contigo @MiguelUribeT, mis oraciones te acompañan. Lamentable y muy triste todo lo que está pasando… rechazamos estos actos violentos”.
El alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco, también se pronunció, enviando un mensaje de aliento. “Dios le dé las fuerzas para salir adelante y a su familia mucha fuerza en este duro momento. Colombia necesita armonía y paz”.
Por su parte, la diputada departamental Claudia Margarita Zuleta Murgas fue enfática al afirmar que se trata de “un ataque cobarde, consecuencia directa del clima de odio, estigmatización y persecución que ha promovido el gobierno de Gustavo Petro contra la oposición”. En su mensaje, lamentó que el país reviva una etapa de atentados contra figuras políticas: “¡Qué dolor tan grande tener que vivir nuevamente esta historia!”, expresó.
A su turno, el representante a la Cámara por el Cesar, Carlos Felipe Quintero Ovalle, hizo un llamado urgente a proteger la vida y la democracia. “Hacer política en Colombia sigue siendo un acto de valentía. El atentado contra Miguel Uribe no es un hecho aislado, es un recordatorio doloroso de que la violencia política sigue vigente y amenaza nuestra democracia”, escribió. El congresista hizo un recorrido por la historia de la violencia política en Colombia, recordando los magnicidios de líderes de diversas ideologías y sectores en décadas pasadas.
En solidaridad con el senador Uribe, este domingo 8 de junio se llevó a cabo una eucaristía en la Iglesia Santa María Madre y Reina de La Paz, donde decenas de feligreses elevaron plegarias por su vida y recuperación.