En el marco del Día Internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, la comunidad LGBTIQ+ en Valledupar alzó su voz para denunciar que, aunque la fecha conmemora la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de eliminar la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales en 1990, aún queda un largo camino por recorrer en materia de respeto y garantías reales.
Para líderes y activistas como Yuliana Ángel Sanabria Ospino, mujer trans, transfeminista y defensora de derechos humanos en el Cesar, “hoy no hay nada que celebrar”. La activista señaló que en Colombia se han registrado 43 asesinatos de personas LGBT+ en los últimos 18 meses, cifra que evidencia la persistencia de la violencia estructural y sistemática contra esta población.
Te puede interesar: Luto en el vallenato: asesinaron en Bogotá al cantante Diego Pineda en medio de un atraco
Además del riesgo de vida, Sanabria denunció otras formas de exclusión que afectan diariamente a las personas diversas, como la discriminación laboral, el rechazo social, la falta de garantías institucionales y, especialmente, la violencia hacia las personas trans y de provincia. “Incluso hay una forma de discriminación que poco se menciona: la endofobia, es decir, el odio dentro de nuestra propia comunidad”, afirmó.
En su intervención, también hizo un fuerte llamado a las autoridades locales y departamentales, recordando que en Valledupar aún no existe una política pública que garantice los derechos de la población LGBT+. La única propuesta en trámite actualmente es una política de inclusión que está siendo evaluada por la Asamblea del Cesar, pero que todavía no ha sido aprobada ni implementada por la Gobernación.
“La mayor denuncia que recibimos a diario es la falta de respeto por los pronombres y la identidad de género. Este sigue siendo el gran desafío: que la sociedad entienda que las personas trans son sujetas de derechos y merecen ser tratadas con dignidad”, afirmó Yuliana Sanabria.
Asimismo, criticó la actitud de algunas entidades que, según ella, “se llenan la boca alzando banderas solo por cumplir con el día”, mientras durante el resto del año ignoran o desprecian a las personas diversas. “Esta fecha no es para arrodillarse por un refrigerio ni por un plato de lentejas, es para alzar la cara con dignidad”, sentenció.
El llamado de los activistas en medio del día contra la homofobia el pasado 17 de mayo es claro: menos discursos y más acciones reales que transformen la vida de una comunidad históricamente marginada, violentada y vulnerada.