Muchas preguntas ha generado el caso donde resultaron estafados supuestamente cerca de 50 contratistas de la Alcaldía de Valledupar.
Varias semanas después de conocerse la denuncia, la Contraloría Municipal abrió indagación preliminar sobre este caso en el que estarían involucradas varias personas de la Secretaría de Hacienda Municipal.
Fue precisamente una mujer la que se dio cuenta inicialmente de lo que sucedía: el modos operandi era que una persona cobraba a terceros por el pago de impuestos para que de esta forma pudieran legalizar los contratos con el Municipio. Sin embargo, aparecieron firmas diferentes para otros pagos que ‘no le sonaron’ a algunos, por lo que inició la investigación.
Después del escándalo, la misma Alcaldía se encargó de poner en las manos de la Fiscalía el caso. Se trata de unas presuntas irregularidades en las facturas de liquidación de impuestos municipales y departamentales.
Pero cabe aquí preguntarse ¿desde cuándo vienen presentándose estos hechos? ¿quienes más sabían sobre la estafa?. Lo único que ha salido hasta ahora a la luz pública es que Linsay Felizola trabajaba por contrato de prestación de servicio en esa sectorial y se dedicaba a depurar cierta información contable y realizaba varios procesos financieros y de índole administrativo. Supuestamente era la persona que le prestaba el dinero a los contratistas para pagar los impuestos, pero nunca les daba el efectivo, sino los recibos dónde constaba que ya estaban cancelados.
Luego que esas personas realizaban sus cuentas de cobros y les pagaba el municipio, a su vez le daban el monto a Felizola con la idea de devolverle lo pactado. Sin embargo, esos dineros nunca ingresaron a las cuentas del Municipio. Situación que generó desconfianza.
Ahora el único hasta el momento señalado deberá enfrentar cargos por falsedad en documento público y enriquecimiento.
